El Dibu nació para esto
Decimonovena entrega de Tres Estrellas, el newsletter quincenal de La Pelota Siempre al 10.
Buenas! Cómo andás? Se terminaron de configurar las semifinales tanto en Copa Libertadores como en Copa Sudamericana y hay argentinos que quieren dar pelea. La Libertadores va a tener por quinto año consecutivo un finalista brasileño que saldrá de Fluminense o Inter. Mientras que Boca enfrentará a Palmeiras, un clásico copero del Siglo XXI. En la Sudamericana, Defensa y Justicia sigue demostrando lo bien que hace las cosas. Se deglutió al puntero del Brasileirao, Botafogo, y sueña con más. Pasan los técnicos, pasan los jugadores y el Halcón de Varela siempre está. Irá contra Liga de Quito, dirigido por Zubeldía. Del otro lado brasileños, Corinthians o Fortaleza. Y lo más importante es lo que se viene: el jueves arranca el camino hacia el Mundial 2026, el torneo al que queremos ir a defender la tercera.
Ah, antes de pasar al newsletter recordá que si todavía no lo hiciste podés seguirnos en redes y apoyar el resto de nuestros proyectos.
Ahora sí, te dejamos con el texto exclusivo de esta entrega escrito por Sebastián Tafuro. Que lo disfrutes!
¿Puede el corazón dejar de latir por un instante? ¿Podemos morirnos en vida y luego resucitar? Seguro que la ciencia tiene explicaciones más certeras para una secuencia posible en una persona, aunque debe costarle un poco más que esa situación no sea patrimonio de apenas un individuo, sino de millones y en el mismo momento.
Cada quien experimentó las diversas emociones que tuvo esa final increíble con Francia a su manera. Por ejemplo, así como el 2 a 2 de Países Bajos lo sentí como un puñal que me hizo pensar que la maldición mundialista iba a continuar, asumí con bastante entereza el 3 a 3 de Mbappé. El destino nos iba a regalar la máxima alegría, pero teniendo que atravesar un camino de espinas y sufrimiento que sólo un grupo de osados con el gran capitán a la cabeza tenía las condiciones para hacerlo.
Pero creo que hay algo que nos unifica. Cuando Kolo Muani enganchó su derechazo hacia el arco argentino, todos sentimos que el mundo se nos venía abajo, que el derrumbe era total, que la daga sería demasiado profunda e injusta. No contábamos, y no por desconfianza, sino por tantos palos que habíamos sufrido, tanta mierda que habíamos comido, con su astucia, con su grandeza, con la inexpugnable dimensión de alguien que hace 31 años vino a este mundo preparado para esto y mucho más.
Emiliano Martínez, simplemente Dibu. El héroe al que, parafraseando a Cortazar, andábamos sin buscarlo, pero sabíamos que íbamos a encontrar. El que nos hizo resucitar en ese segundo que podía ser fatal y fue la última señal de que la consagración debía e iba a ser nuestra. Pero ojo, ahí también dependíamos de él y él estuvo. Como lo había hecho con Países Bajos, como había sucedido en la Copa América, como ocurrió con cada atajada determinante en sus apenas 30 partidos en la Selección. Sí, el Dibu tiene más años que partidos jugados con la camiseta nacional.
Ser arquero no es para cualquiera. Es un puesto demasiado observado, donde el error se paga muy caro, donde arriesgar y que no salga tiene consecuencias muy caras, donde podes tener un partido tranquilo y en cualquier momento, de la nada, te la mandan a guardar. Pero también otorga dimensiones de gloria que trascienden el tiempo, que te ponen en olimpos eternos. Son extremos para los que hay que estar muy preparado.
Hay una frase muy popular que indica que “los niños y los locos siempre tienen razón”. Las infancias en Argentina hoy tienen un ídolo en el que reflejan todo su amor genuino, no mediado por ningún tipo de racionalidad. Los buzos verdes por doquier, los bailecitos al atajar un penal, el deseo de ser arquero por encima de cualquier otro puesto en la cancha. Son pasiones desbordantes que no pueden explicarse, están ahí. Antes de Qatar, el Dibu había declarado que no quería a adultos con su camiseta, sino que lo que le hacía feliz era ver a los chicos vistiendo su indumentaria. Ya era importante en la extraordinaria historia del arco argentino, pero todavía no sabía - o como buen loco, la verdad es que sí sabía - que su papel no iba a tener fecha de vencimiento. Que la eternidad lo esperaba. Feliz cumple!
Un poquito ma’
¿Te perdiste alguno de los últimos contenidos de La Pelota? Acá te seleccionamos lo más destacado de estas dos semanas.
Estudiantes jugó un partidazo ante Corinthians pero se quedó injustamente afuera. Su principal figura, como en casi todo el 2023, fue Benjamín Rollheiser. Un perfil de crack que da gusto ver jugar. Lo escribe Lautaro Segura:
https://lapelotasiempreal10.com/perfiles/la-pelota-siempre-a-ben-10/
Se cumplieron 19 años de aquel inolvidable 28 de agosto de 2004 donde el fútbol y el básquet fueron oro en los Juegos Olímpicos de Atenas. Un recuerdo de esa heroica jornada:
https://lapelotasiempreal10.com/efemerides/un-doble-guino-de-la-historia/
¿Existe el azar en el fútbol? La respuesta es bastante evidente, pero Felipe Lemos se encarga de desentrañarla con interesante argumentos aunque las cosas lindas no tengan explicación:
https://lapelotasiempreal10.com/destacado/las-cosas-mas-lindas-no-tienen-explicacion/
Hasta acá llegamos por hoy. En caso de que te haya gustado te agradeceríamos que nos ayudes difundiendo en redes y fuera de ellas! Y si todavía no lo hiciste, suscribite tanto a este newsletter como a nuestro programa de apoyo mensual con beneficios exclusivos. Esto último es la base que nos permite seguir concretando objetivos y para hacerlo te necesitamos. Mientras tanto, ¡nos leemos en 15 días!